Las redes sociales son claves para superar los obstáculos a la acción climática

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Entre las barreras principales para actuar por el clima está el “optimismo desconectado” de empresas e instituciones sobre sus avances medioambientales, la falta de información fiable sobre soluciones, el temor a las repercusiones sociales negativas de las medidas climáticas, así como considerar que la acción por el clima es responsabilidad de otros.

Dassault Systèmes, Capgemini y Bloom han publicado el estudio “Social Intelligence for Climate Action”, que analiza las razones por las que, a pesar de los signos cada vez más evidentes del cambio climático, no se están tomando medidas reales para afrontar el desafío. El principal obstáculo que se desprende de este análisis es el escepticismo de los consumidores generado por el greenwashing. También se menciona cómo, en este mismo periodo, aumentaron la ecoansiedad y la frustración por la falta de información fiable y relevante para orientar la acción climática.

Las barreras principales para actuar por el clima, que se desprenden del estudio son, por orden de importancia:

--“Optimismo desconectado” de empresas e instituciones sobre sus avances medioambientales. Como el impacto real de estos avances es a menudo difícil de captar, la sobrecomunicación positiva y oportunista, a veces en contradicción con los análisis de los expertos (en cuyo caso puede denominarse “greenwashing”), crea una disonancia que genera desconfianza y desanima a la acción. El “optimismo desconectado” también afecta a quienes piensan que la tecnología es la solución a la emergencia climática hasta el punto de que no es necesario actuar.

--Falta de información fiable sobre soluciones: los ciudadanos, en busca de la “información correcta”, se ven paralizados ante la información contradictoria o la desinformación, lo que provoca desconfianza y un sentimiento de impotencia.

--Temor a las repercusiones sociales negativas de las medidas climáticas: en un año marcado por la inflación, el coste de la vida está cobrando importancia en el debate sobre los drásticos cambios de estilo de vida necesarios para limitar el calentamiento a 1,5 °C. A los ciudadanos les preocupa especialmente que las poblaciones más vulnerables puedan ser las primeras víctimas.

--Delegación de autoridad: considerar que la acción por el clima es responsabilidad de otros y no de uno mismo. El informe muestra que las empresas se consideran las más capacitadas para actuar eficazmente a largo plazo, por delante de la acción individual y muy por delante de los gobiernos. Los consumidores consideran que el efecto “colibrí” de las acciones individuales ya no es suficiente ante la magnitud de la urgencia climática actual y que las empresas, que se perciben como responsables de una parte del problema, tienen la capacidad de incidir a gran escala y más rápidamente que los gobiernos.

--Desesperación ante el cambio climático: la gente se siente impotente ante el impacto del cambio climático, hasta el punto de desalentarles cualquier acción.

“En la lucha contra el cambio climático, dos elementos marcarán la diferencia: la medición científica y precisa, y la colaboración y el diálogo entre todas las partes interesadas”, afirma Philippine de T’Serclaes, responsable de Sostenibilidad de Dassault Systèmes. “Para tener éxito en las transiciones del siglo XXI, tendremos que mantener y reforzar el vínculo entre ciencia, ciudadanos, empresas e instituciones públicas. En la era de las plataformas, podemos movilizar con precisión nuevas capacidades de colaboración, observación y comunicación, como los medios sociales, para comprender las posturas y superar los obstáculos a la acción climática. Esta comprensión permitirá a las industrias innovar de forma diferente movilizando el imaginario colectivo”.