El potencial de energía limpia escondida en el subsuelo urbano

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Madrid Subterra

Iniciativas como Madrid Subterra ponen sobre la mesa soluciones de sostenibilidad que utilizan la energía generada por las redes de metro o los túneles de la autopista M-30 para mantener la climatización de los edificios de la zona.

Madrid Subterra es una iniciativa que se inició en el año 2017, con idea de promocionar y aglutinar proyectos que permitieran utilizar la energía desperdiciada en el subsuelo de la capital. Con vocación público-privada, en la iniciativa participan la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, el Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, las Universidades Complutense y Politécnica de Madrid, el Metro de Madrid y el Canal de Isabel II.

Los proyectos, la mayor parte de ellos todavía en fase de planificación o desarrollo, pretenden emular sistemas ya utilizados en otras ciudades, como la recuperación del calor del suburbano que se utiliza en Islington, Londres, como indica el Huffinton Post. En el Paseo Verde del Suroeste se soterrarían 4 kilómetros de la A5, con la instalación de un intercambiador geotérmico que proporcionaría 1.804 kW de refrigeración y 3.008 kW de calefacción.

También está previsto un intercambiador de calor en la estación de metro de Sol, que cubriría la refrigeración de la sede de la Comunidad de Madrid y el 25% de la calefacción que consume. Los túneles de la M-30 servirían además para generar la energía necesaria para la climatización del Matadero de Madrid. Así mismo, se está estudiando utilizar un sistema de energía subterránea en el proyecto Madrid Nuevo Norte.

Otro proyecto impulsado por Madrid Subterra es el uso de sistemas geotérmicos en el nuevo intercambiador de transporte que se va a construir en Conde de Casal, como parte de la ampliación de la línea 11 de Metro. Este sistema aportaría hasta un 30% de la demanda energética que tendrá el intercambiador, con una superficie total de 6.447 m2. Otros proyectos destacados son la recuperación de la energía térmica de las aguas residuales en el polideportivo de Mortalaz o la “metrolinera” para la recarga de vehículos eléctricos con la energía de frenado de los trenes del Metro.