Banca, energía y aseguradoras son los sectores más implicados en asuntos ESG

Los asuntos ambientales, sociales y de gobernanza, denominados ESG, han ido ganando relevancia en las agendas corporativas, de ahí que el porcentaje de directivos que incluye la adopción y el desarrollo de la sostenibilidad y de las cuestiones ESG entre sus prioridades estratégicas haya aumentado del 25% de 2021 al 32% de 2023. No obstante, hay diferencias entre sectores. Así, en banca, energía y seguros, el porcentaje de directivos que prioriza los asuntos ESG en sus estrategias es mayor que la media nacional (el 61%, 41% y 34%, respectivamente), según se desprende del Informe “Perspectivas ESG en España 2023” realizado por KPMG en colaboración con CEOE.

En general, esta mayor atención a los asuntos ESG por parte de las organizaciones se refleja también en los planes de inversión, ya que el 37% asegura que su compañía destinará fondos para impulsar estos ámbitos. Solo por mencionar un ejemplo, llevar a la práctica un plan de descarbonización supone invertir en tecnología, procesos o formación. Cabe destacar que uno de cada cuatro empresarios que han participado en la encuesta no conoce claramente cuál va a ser la inversión de su compañía en asuntos ESG durante el presente ejercicio, mientras que el 34% comparte que esa inversión será inferior al 1% de la facturación de la compañía y solo el 9% afirma que los fondos destinados a este fin superarán el 3%.

No resulta extraño que en este momento de incertidumbre las empresas estén revisando sus estrategias de sostenibilidad y ESG, de modo que un 43% ha asegurado que ya lo ha hecho y un 29% lo hará a lo largo de este ejercicio. Banca, Energía y Turismo son los sectores en los que un mayor porcentaje de encuestados ha replanteado o va a replantear a corto plazo su política ESG. Cabe destacar que el 29% incluyen avanzar en materia de sostenibilidad o ESG entre los principales retos para sus compañías a medio plazo.

Además, la nueva directiva europea de información sobre sostenibilidad, que entrará en vigor a partir del ejercicio fiscal 2024, introduce exigencias notables sobre la gestión, verificación externa y comunicación de los impactos ESG del negocio. Esta nueva directiva recoge algo más de 1.000 requerimientos de información. En este contexto, un 27% de los encuestados considera que el mayor obstáculo al que se enfrentan para comunicar su desempeño en el ámbito ESG es la falta de un marco internacional para medirlo y publicarlo.