El impacto medioambiental de la nueva era de Internet
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El entrenamiento de una inteligencia artificial puede generar más de 200 toneladas de dióxido de carbono. Se estima que en 2030 las redes y las infraestructuras de datos utilizarán un 14% de toda la energía eléctrica consumida en el mundo, lo que tendrá mayor o menor impacto climático dependiendo de cómo se genere dicha energía.
Los sistemas de comunicación inalámbrica y las tecnologías digitales han transformado de tal forma nuestra sociedad que hoy ya nos parece casi imposible vivir sin wifi o smartphone. Esta digitalización acelerada de nuestro mundo ha traído muchos avances, pero también ha ido acompañada por un aumento del consumo energético y el impacto ambiental. Como señala el catedrático Xavier Vilajosana, investigador del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), nuestras sociedades conectadas generan hoy inmensos volúmenes de datos. Cisco estima que, durante 2023, internet moverá 805 zettabytes (una unidad equivalente a un billón de gigabytes).
El interés por sacar partido de esa cantidad ingente de datos, que no dejará de aumentar en los próximos años, ha disparado la necesidad de tener más capacidad de computación y de comunicación. Esto, al mismo tiempo, requiere cada vez más energía y recursos, hasta el punto de afectar de forma negativa a los equilibrios climáticos y ambientales del planeta. Se estima que en 2030 las redes y las infraestructuras de datos utilizarán un 14% de toda la energía eléctrica consumida en el mundo, lo que, a su vez, tendrá mayor o menor impacto climático dependiendo de cómo se genere dicha energía.
A esto hay que sumarle, en los últimos años, el despegue del desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y, en particular, del aprendizaje automático, una tecnología que necesita la computación de inmensos volúmenes de datos para desarrollarse y funcionar. Solo el proceso de entrenamiento de algunos modelos de IA puede generar 284 toneladas de dióxido de carbono (el principal gas de efecto invernadero), que es la misma cantidad que emiten cinco coches a lo largo de toda su vida.