La limitación a los combustibles fósiles podría quedar fuera de la COP28
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La reunión de preparación para la próxima cumbre COP28 arranca en Abu Dabi con un récord de delegaciones presentes: un total de 100, más del doble de lo habitual en estas sesiones, y augura en la que será muy difícil llegar a consensos capaces de acelerar la respuesta al cambio climático.
Si la reunión preparatoria para la próxima Cumbre de Naciones Unidas para el Cambio Climático, que se celebrará en Dubái del 30 de noviembre hasta el 12 de diciembre, sirve de referencia para lo que será la propia COP28, se tratará de la mayor cumbre realizada hasta el momento. La reunión de preparación se abrió ayer en Abu Dabi con la presencia de 100 delegaciones, más del doble lo habitual en estos eventos de preparación, y hasta 70 ministros responsables de temas ambientales. Entre ellos, se encuentra Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica en funciones.
También se están perfilando en esta reunión las dificultades que habrá en noviembre para alcanzar soluciones de consenso que sean capaces de tener un impacto importante. No hay visos, por ejemplo, de que se hagan referencias al fin de los combustibles fósiles. Al Jaber, ministro de Energía de los Emiratos Árabes Unidos citado por EFE Verde, señaló que pese a la idea de incluir “lenguaje sobre los combustibles fósiles y las renovables” en el texto que salga de la COP28, todos deben trabajar para encontrar soluciones que puedan lograr consenso, lugares comunes y alineación entre todas las partes. Debemos ser pragmáticos y no debemos dejar a nadie atrás”.
Cabe recordar que Al Jaber, además de ministro de Energía, es director gerente de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi. No ya una puerta giratoria, sino una ausencia total de puerta. Su postura ejemplifica la de muchos países que están en vías de desarrollo o son productores de hidrocarburos, que prefieren optar por el uso de la tecnología y los compromisos de contaminadores privados para reducir emisiones en lugar de establecer límites a los combustibles fósiles.
Teresa Ribera mostró el lado contrario de la balanza, señalando que las emisiones deberían llegar a su pico como muy tarde en 2025 y el objetivo de emisiones netas debería llegar a cero en 2050. La ministra afirmó: “No nos engañemos, la COP28 no será un éxito sin una ambiciosa decisión en mitigación. Con menos mitigación, más pérdidas y daños. Cuanto más reduzcamos los gases de efecto invernadero, más asumibles serán los impactos de las pérdidas y daños. Y sabemos lo que hay que hacer”.
Quizá si se pone sobre la mesa propuestas realistas para la financiación de la transformación energética de los países en desarrollo, como ya se ha planteado, sea posible avanzar en la próxima Cumbre, pero se parte de posturas bastante alejadas.