La sostenibilidad y la automatización se imponen en la industria de logística y transporte
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Este sector genera el 6,9% del PIB español. con un volumen de negocio de más de 100.000 millones de euros. La automatización de la cadena de suministros, la digitalización, la sostenibilidad y la incorporación de la tecnología han influido de manera positiva en esta tendencia de crecimiento, que se estima que se mantenga a futuro.
Logística y Transporte es un sector que actúa como motor de la economía y que reclama profesionales altamente formados y con un fuerte componente tecnológico medioambiental y financiero, según la consultora Catenon. La industria creció un 4,5% en el pasado año, con un aumento del volumen de negocio en todos sus subsectores, según datos de la EPA, un crecimiento que se ve impulsado por la evolución del sector hacia un servicio cada vez más eficaz y sostenible, gracias a su capacidad de diversificación y personalización.
Según Catenon, las nuevas empresas de transporte y logística y también, las tradicionales, deben tomar conciencia de su capacidad para actuar sobre el medio ambiente, para influir de forma positiva en la sociedad con medidas que contribuyan a su desarrollo, con una gestión que respete la normativa, los derechos humanos y, por supuesto, los derechos de las personas que trabajan en ellas.
Objetivos de sostenibilidad
La automatización de la cadena de suministros, la digitalización, la sostenibilidad y la incorporación de la tecnología han influido de manera positiva en esta tendencia de crecimiento, que se estima que se mantenga en 2023 y también a futuro. Se espera que en 2030 el incremento de esa automatización de procesos logrará reducir casi a la mitad los costes, mejorar las emisiones de CO2 ajustándolo por encima de los objetivos del Pacto Verde Europeo creado en el 2019. Lo cual supone llegar en el 2030 al menos a un 32% de energías renovables y a una drástica reducción de los gases efecto invernadero. Para ello, se necesita tecnología.
Entre los objetivos de sostenibilidad los actuales planes se desarrollan bajo ocho desafíos: la neutralidad climática para 2050; reducción de la vulnerabilidad al cambio climático; progresar en la reducción de la degradación medioambiental y acelerar la economía circular; contaminación cero; protección de la biodiversidad; reducir drásticamente la presión sobre el clima; y control de los planes de "última milla".