La complejidad normativa frena los planes de sostenibilidad de las empresas
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La reducción de costes, la identificación y la medición de los riesgos climáticos o el establecimiento de mecanismos de respuesta a las exigencias de los clientes, entre los principales motivos para adoptar la sostenibilidad
Como primeros pasos para la implantación de un plan de sostenibilidad, se encuentran el desarrollo de una formación que aúne conocimientos y sensibilidades, así como la definición de las bases de la estrategia ESG. Es imprescindible que la sostenibilidad se integre en las estrategias de las compañías con el objetivo de asegurar su continuidad en el tiempo. La jornada “Construyendo un mundo sostenible: El rol fundamental de las empresas”, que ha impartido Jaime Romano, Socio Director de Consultoría e Innovación de Grant Thornton en colaboración con Cámara de Madrid sirvió para desarrollar un enfoque muy práctico sobre la puesta en marcha de la estrategia de sostenibilidad en las compañías, explicando desde cuál es la percepción por parte de los empresarios y qué normativas deben tener en cuenta hasta cómo aplicar los planes e iniciativas. “En una encuesta llevada a cabo a 5.000 empresarios de 28 mercados, la sostenibilidad se relaciona con conceptos como eficiencia, responsabilidad, compromiso, innovación o rentabilidad. Esta percepción es muy interesante, porque los directivos relacionan la sostenibilidad con aspectos positivos y rentables”, señala Jaime Romano.
Esta encuesta realizada por Grant Thornton también indica que, como se ha señalado, el 40% de los directivos consideran como obstáculo para la implantación de estrategias de sostenibilidad la falta de claridad de las normativas y dos de cada tres lo atribuyen a la falta de tiempo y de atención por parte de la dirección. En este sentido, y como señala el Socio Director de Consultoría e Innovación de Grant Thornton, “es muy importante el compromiso e implicación de toda la empresa, empezando por la alta dirección, en la estrategia de sostenibilidad”.
Las estrategias de sostenibilidad recibieron un impulso determinante tras la pandemia de COVID-19, hasta el punto de que el 41% de los encuestados la consideran útil para lograr su recuperación tras la crisis sanitaria. Otras de las razones esgrimidas por los líderes empresariales son la reducción de costes (39%), la respuesta a los riesgos climáticos (38%) o las exigencias de los propios clientes (37%). Además, y según destaca Jaime Romano, “las empresas implantan criterios sostenibles porque contribuyen a generar bastante información. A menudo tienen problemas con la calidad de sus datos, y eso no es una cuestión de sostenibilidad, sino de gestión. De este modo, la sostenibilidad permite mejorar el sistema interno de gestión, la diversificación en los mercados en los que operan, además de incrementar el sentimiento de pertenencia de sus empleados, identificando fortalezas o previendo riesgos.
Durante su charla, Jaime Romano quiso explicar las claves para la adecuada implantación de una estrategia ESG, algo que las empresas no suelen tener claro, ya que varía sensiblemente dependiendo de la empresa y del sector. “A la hora de elaborar un plan hemos de saber, en primer lugar, qué nivel de exposición tenemos a aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza, y debe contener aspectos como la legislación local. Se ha de marcar una hoja de ruta para saber a dónde y cuándo queremos llegar”, recomendó. De este modo, en un primer momento es pertinente llevar a cabo una formación que aúne conocimientos y sensibilidades, y ayude a definir las bases de la estrategia ESG. A continuación, es recomendable elaborar e implementar las bases de la estrategia, llevar a cabo un análisis de riesgos sobre ESG, definir los indicadores KPIs y preparar la elaboración del informe de sostenibilidad. Ya a largo plazo, es necesario activar los criterios de seguimiento del plan de sostenibilidad e implementar una cultura corporativa relacionada la estrategia ESG.
Esta jornada también sirvió para confirmar, de nuevo, el valor que la sostenibilidad tiene para la imagen y la rentabilidad de las empresas. De hecho, es imprescindible que la sostenibilidad se integre en las estrategias de compañías con el objetivo de asegurar su continuidad. “El concepto de empresa en funcionamiento es un pilar fundamental que no hay que olvidar, pero hemos de convencernos que la aplicación de una estrategia ESG crea valor con el posicionamiento, con una reducción clara de costes, con una mejora de los procesos internos de la compañía, mayor implicación de los empleados e incrementos positivos a nivel de gobernanza”, recuerda Jaime Romano.