Los retos de las empresas de Utilities para acelerar la transición energética

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La inversión en tecnología será el punto clave a considerar, como la adopción a escala de sistemas de Internet de las cosas (IoT), Data para la recopilación datos en tiempo real y la optimización del rendimiento a través de la IA.

El primero reto es la renovación y mejora de sus instalaciones y activos con la exigencia de fuertes inversiones para la actualización de sus infraestructuras. A esto hay que sumarle la actualización de los procesos de gobierno y sistemas de apoyo a las operaciones para reducir pérdidas, detectar posibles fugas y sustracciones y mejorar la eficiencia operativa. El paso más relevante será la realización de una evaluación continua de las infraestructuras para identificar áreas prioritarias.

El segundo de ellos es la automatización de las redes y procesos, necesario para la obligatoria flexibilidad, la descentralización y la bidireccionalidad de las redes. Será necesario monitorizar, controlar y optimizar la distribución de energía contando con la recopilación de datos en tiempo real y con la consiguiente optimización del rendimiento. La progresiva automatización producirá una mayor eficiencia en la producción y la reducción de los errores, lo que se traducirá en una mayor productividad y eficiencia energética. 

El tercero es la introducción de fuentes renovables de energía como la energía solar y la eólica, el Hidrógeno, la biomasa y otras, evitarán emisiones de gases de efecto invernadero y de partículas contaminantes. Esto conseguirá el cumplimiento de los objetivos de energía limpia y de las regulaciones para la reducción de la huella de carbono, la mejora de la percepción pública y de la reputación, la reducción de los costos operativos al evitar la dependencia de los combustibles fósiles, la posibilidad de la optimización del uso de recursos, en el balance conjunto de la energía disponible.

El último reto es la gestión central de los usuarios. Las Utilities podrán conocer los hábitos y comportamientos de los usuarios, ayudando a diseñar estrategias específicas individuales para promover la eficiencia energética y la descarbonización. El análisis de los datos disponibles posibilitará ofrecer recomendaciones personalizadas a los usuarios y los sistemas inteligentes ajustarán automáticamente el consumo según las condiciones ambientales y las preferencias del usuario. Además, los usuarios podrán recibir alertas sobre consumos anómalos o excesivos, optimizando el uso de recursos como la iluminación, la climatización y los electrodomésticos.