España abandonará el Tratado de la Carta de la Energía

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El Gobierno ha denunciado formalmente el tratado, como paso previo a la retirada de nuestro país del mismo, por haber “quedado obsoleto frente a los actuales objetivos climáticos”, sumándose así a la oleada de países de la Unión Europea que lo están abandonando.

El Gobierno de España ha tomado la decisión de denunciar formalmente el Tratado de la Carta de la Energía porque “ha quedado obsoleto frente a los actuales objetivos climáticos”. Lo considera inadecuado para el contexto actual, poniendo en riesgo las inversiones necesarias para la transición energética. Este movimiento permitirá la retirada de España del tratado, que fue firmado por 53 países en el año 1998.

Como recuerda El Periódico de la Energía, la Comisión Europea consideró en un primer momento modernizar el tratado, pero se encontró con la resistencia de varios países integrantes. Por ello, el pasado julio Bruselas propuso que los Estados de la Unión Europea abandonaran el Tratado de la Carta de la Energía en bloque. España se suma ahora a los países que sí lo han hecho:  Polonia, Francia, Alemania, Países Bajos, Eslovenia y Luxemburgo.

El Tratado de la Carta de la Energía tiene un problema fundamental: se basa en la protección de las inversiones en combustibles fósiles, lo que supone una contradicción con la estrategia de transición a energías limpias en la que está inmersa Europa. De hecho, hay un proceso de modificación en el marco del tratado, pero debe ser aprobado por unanimidad, lo que hace casi imposible que salga adelante.

La denuncia de un país en el Tratado de la Carta de la Energía permite su salida efectiva un año después de producirse. No son transiciones rápidas, porque hay una cláusula (“sunset clause”) que protege las inversiones ya existentes durante 20 años, pero la salida de diferentes países de la Unión pone Europa en un contexto diferente para las inversiones en energías limpias.