La eficiencia de las instalaciones es clave para el despliegue efectivo del coche eléctrico

La movilidad cien por cien eléctrica sigue una buena evolución en el territorio europeo. Según los datos de la Asociación Europea de Fabricantes de automóviles, el pasado mes de agosto las ventas de vehículo eléctricos supusieron el 21% en la Unión Europea. Si casi el 80% todavía son vehículos de combustión, es cierto que queda mucho camino por recorrer, pero es un paso importante respecto al escaso 13% de agosto de 2022. De hecho, es la primera vez que se supera el 20%

Aunque España va por detrás en cuanto al volumen de coches eléctricos comprados respecto a los de combustión, sí ha experimentado un considerable incremento a lo largo del año, con un 20,5% de enero a agosto. La Agencia Internacional de Energía, citada por Charge Amps, considera que se crecimiento todavía irá a más, alcanzando un 35% para finales de 2023. Pero incluso ese aumento por encima del 20% ya es muy significativo para el vehículo eléctrico en el país.

Ahora bien, Charge Amps considera que para poder responder eficazmente a ese crecimiento del parque de vehículos eléctricos, es necesario mejorar la eficiencia de las instalaciones de puntos de recarga. La compañía recomienda los sistemas automáticos e inteligentes, sin cableado estático, con las que es posible realizar a distancia tareas de mantenimiento o reconfiguración. Son capaces de reducir los costes y agilizar el proceso de mantenimiento.

Henrik Bergman, director regional de Charge Amps en España, indica que “el crecimiento del sector apunta a que, por cada dos puntos de carga que se instalan hoy, en breve se instalarán veinte. Si seguimos gestionando los puntos de carga como hasta ahora, la complejidad crecerá exponencialmente […] Los sistemas de vanguardia permiten un manejo remoto con configuraciones automáticas e ilimitadas que reducen costes y complejidad”.