La sostenibilidad marca la evolución de los centros de datos
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Las restricciones de energía provocadas por los conflictos geopolíticos del año pasado han aumentado la preocupación sobre el consumo energético en general y el de los centros de datos en particular. Estos deberán adoptar políticas verdaderamente sostenibles para garantizar un impacto positivo en sus comunidades.
Durante los últimos años los centros de datos no han dejado de evolucionar de forma vertiginosa hasta convertirse en pilares del estilo de vida digital. De cara al futuro, serán más imprescindibles que nunca, pero su existencia y éxito estará ligado a prácticas verdaderamente sostenibles y responsables para con las comunidades con las que conviven.
Invertir en I+D para encontrar nuevas formas de reutilizar la energía debería ser una prioridad para todos los centros de datos. Durante los últimos años, la métrica definida como ERE o Eficacia de Reutilización de la Energía, ha cobrado cada vez más importancia. Se trata de una métrica utilizada en la industria de los centros de datos que muestra cómo la energía de estos es utilizada por otras partes de la instalación o incluso por edificios de su comunidad cercana como hogares, oficinas o restaurantes. Esta nueva métrica es una herramienta ecológica para los centros de datos, ya que ofrece más visibilidad a aquellos que hacen uso de técnicas de recuperación de energía.
Durante 2023, el ERE deberá recuperarse como complemento al PUE (Power Usage Effectiveness), ya que este último no tiene en cuenta la energía recuperada. Para los centros de datos, conseguir un ERE inferior a 1 debe convertirse en un imperativo. Una de las formas de conseguirlo es a través de la reutilización del calor. Por esta razón, probablemente en 2023 se hará un esfuerzo mucho mayor para reutilizar el calor residual de los centros de datos.
En definitiva, debido a la situación energética actual en Europa, los centros de datos tendrán que ser mucho más eficientes, y adoptar políticas verdaderamente sostenibles para garantizar un impacto positivo en sus comunidades. Los centros de datos para colocation se construirán en zonas que ya estén urbanizadas, y harán un esfuerzo para demostrar sus efectos positivos en el entorno local, ya sea en el aspecto económico, social o energético.
Los centros de datos pueden aportar a las comunidades circundantes en términos de creación directa o indirecta de empleo, educación o bienestar, así como innovaciones en eficiencia energética, que pueden exportarse a otros sectores o aspectos de los municipios. Además, los centros de datos siguen contribuyendo en gran medida a la creación de un ecosistema digital local.
La siguiente tendencia es una consecuencia de las dos anteriores y hace referencia a los modos de funcionamiento y a las nuevas tecnologías de refrigeración. En este aspecto, una de las estrategias implementadas para reducir el PUE que hemos visto en los últimos años y que se mantendrá con fuerza en 2023, es el aumento de la refrigeración líquida y la refrigeración directa, así como la refrigeración por inmersión.