Solo el 11% de las medianas empresas europeas cuenta con un plan de descarbonización

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Bajada CO2

Si bien son contribuyentes centrales tanto al PIB como a las emisiones de gases de efecto invernadero, las empresas medianas a menudo se perciben como un punto ciego en la acción climática. Según la Comisión Europea, su contribución de gases de efecto invernadero podría representar hasta dos tercios del total de las emisiones europeas.

A día de hoy, el ecosistema del mercado medio está lejos de estar preparado para cumplir con la ya votada Directiva europea sobre informes de sostenibilidad corporativa (CSRD), que exigirá que las empresas con más de 250 empleados y una facturación de 40 millones de euros revelen su impacto en el clima, incluido emisiones de alcance 3. A la luz de esta observación, ¿han comprendido realmente las pymes el alcance de las transformaciones necesarias? ¿Están comprometidas activamente en la descarbonización de sus actividades? ¿Qué obstáculos deben superar y qué oportunidades presenta la descarbonización? Para abordar estas cuestiones, Argos Wityu y BCG han presentado la primera edición de un barómetro diseñado para evaluar el progreso de las pymes europeas en sus esfuerzos de descarbonización.

Un sorprendente 84% de las pymes encuestadas consideran "importante" o "crítica" la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). De ellos, el 71% lo percibe como una oportunidad, anticipando beneficios como una mayor rentabilidad y acceso a nuevos mercados, lo que desencadenaría una ventaja competitiva inmediata o a largo plazo.

"No hay duda de que la descarbonización de las medianas empresas puede generar fuertes oportunidades en todos los sectores. Muchos inversores, desde oficinas familiares hasta grandes instituciones, están dispuestos a apoyar a estas empresas en su transición gris a verde y ayudarlas a convertirse en líderes sostenibles", afirmó Simon Guichard, socio de Argos Wityu.

Un enfoque aún desestructurado

Si bien el 38% de las pymes encuestadas afirman haber invertido ya fuertemente en descarbonización, en realidad sólo el 11% tiene un enfoque estructurado que incluye medir sus emisiones de GEI, diseñar una hoja de ruta y desplegar "inversiones fuertes". Hay importantes disparidades por sectores: el 51% de las empresas del sector del transporte y la logística afirman haber invertido considerablemente, en contraste a sólo el 24% de las empresas de industrias de alta temperatura (por ejemplo, metales, vidrio, cerámica...).

"Las medianas empresas se encuentran en las etapas iniciales de su viaje hacia la sostenibilidad y sus inversiones todavía están impulsadas predominantemente por las regulaciones, los precios de la energía y la demanda de los clientes. Queda por delante el camino hacia un enfoque estructurado y global. Es absolutamente fundamental apoyar a las pymes con medidas específicas si queremos alcanzar nuestros objetivos climáticos", afirma Fabien Hassan, director de BCG.

A pesar de los desafíos, las pymes europeas encuestadas siguen siendo optimistas sobre la consecución de los objetivos fijados para 2030: el 70% cree que son alcanzables. Sin embargo, necesitan un apoyo genuino para superar tres obstáculos principales, en particular la falta de recursos financieros, la complejidad regulatoria y la escasez de experiencia.

"A diferencia de las grandes empresas, las medianas empresas rara vez tienen la escala suficiente para contratar los talentos internos necesarios o desarrollar experiencia interna y ofrecer hojas de ruta ambiciosas para la descarbonización. Ahora debemos ayudarlos a transformar su optimismo en inversiones estructuradas. La participación de todas las partes interesadas (reguladores, inversores, agencias gubernamentales, socios comerciales, proveedores de soluciones) para abordar las necesidades específicas de las medianas empresas es fundamental", afirmó Benjamin Entraygues, director general y socio principal de BCG.